Fuentes Tipográficas: La Buena, La Mala, y la Trillada
Escrito por Pedro Medina Leandry
Fuentes Tipográficas: La Buena, La Mala, y la Trillada
Posiblemente te ha pasado: estuviste largos minutos buscando el «font» perfecto para tu proyecto, lo compraste y de pronto te das cuenta que la tipografía no incluye «ñ». Fatal. Pero justo de esa manera aprendí que no todas las tipografías son diseñadas con la misma atención al detalle. A través de los años, me atrevo a decir que he visto de todo y he creado mi propio criterio para distinguir las buenas, las malas, y las trilladas. Comencemos por…
La Mala
Suena horrible, pero es la realidad. Ya sea porque es un producto de un diseñador principiante, o porque fue creado con las herramientas no indicadas para el trabajo: existen fuentes que podemos catalogar como malas. De esas que no se comportan como lo esperado, que tienen caracteres mal diseñados, o que el espaciado parece que fue hecho con los ojos cerrados. Pero, algo tengo que dejar claro aquí. No es lo mismo una mala tipografía, que el mal uso de una tipografía. Ah, pues claro, los diseñadores de comunicación y otros usuarios de fuentes son en muchos casos los responsables de la mala reputación de una tipografía. Al final del día, las tipografías no existen en el vacío. Se diseñan con propósito. Utilizar en cuerpos de texto una fuente intencionada para titulares va a tener resultados cuestionables. Es lo que le sucedió a Papyrus. Una fuente con ascendentes muy alargados, con un peso muy fino y una textura que evocan trazos antiguos, no debería ser utilizada en banderines de circuitos de carreras de NASCAR.
Comic Sans es otro clásico ejemplo de una «buena tipografía» cuya reputación ha sido trastocada por el mal uso de los usuarios. Probablemente te estés preguntando, ¿por qué sucede tanto con Comic Sans y Papyrus, y no otras tipografás muy utilizadas como Stop? La respuesta es una cuestión de accesibilidad. Mientras las primeras dos están incluídas en los sistemas operativos por defecto, esta última hay que adquirirla. Y cuando un usuario se limita a las tipografías disponibles en su ordenador, encontrará que Papyrus y Comic Sans son posiblemente las que cuentan con una personalidad más definida que el resto del listado. Esto está cambiando según pasa el tiempo, y ahora los ordenadores incluyen más opciones de tipografías.
No obstante, tampoco podemos excusar a las verdaderas malas tipografías. A estas las podemos juzgar por su construcción:
1. Espaciado inconsistente
Si vas a usar un font para uno o varios logos, tal vez este punto no es tan importante ya que un buen diseñador de logotipos puede (y debería) tomar sus propias decisiones de espaciado entre letras y hará los ajustes correspondientes. Ahora bien, si la intención es usar la fuente para cuerpos de texto o como parte del contenido escrito en piezas de comunicación, hay que asegurarnos de que la fuente cuente con un buen espaciado. ¿A qué nos referimos con «espaciado»?
Sucede que el espacio que hay entre una letra y otra no es casualidad. El o la tipógrafa debe haberse tomado el tiempo de establecer el espacio entre todos y cada uno de sus signos. Si la fuente es intencionada para texto, el espacio debe ser bastante suelto. En el caso de tipografías «display» o para titulares, el espaciado puede ser mucho más apretado —esto porque la intención es que se utilicen a tamaños más generosos. No obstante, encontrarás que las fuentes con serifas, tanto para texto como para display, pueden tener el espaciado un poco más ajustado que su contraparte sin serifas, pero siguiendo la misma regla: poco espacio para titulares, y más para texto. En la siguiente imagen les muestro a lo que me refiero.
2. Signos perdidos o incorrectos
Parece mentira, pero me sucedió tal y como te lo contaré. Hace unos meses recibí de parte de un cliente la fuente que indica su guía de marca, DTL Nobel, una tipografía holandesa publicada en 1929. A mi entender, la familia que recibí tuvo que haber sido trastocada de alguna manera ya que hay una serie de inconsistencias en la tabulación de sus signos comparada con lo que aparece en su website oficial. Este es un caso donde la tipografía no es inherentemente «mala» sino que fue alterada por un tercero y corrompió el archivo. En la imagen de abajo podrás ver que a este fuente los signo con acento agudo «í», «ú», han sido sustituídos por signos de caron, «ǐ», «ǔ». ¿Cómo pasó esto? El mundo jamás sabrá.
Otros casos, tal vez no tan graves, son los que tienen glifos diseñados con contraste de trazo incorrecto. Por ejemplo, encontrar una «A» con el trazo izquierdo más grueso que el derecho. Tal vez te estés enterando ahora, tal vez no: el lado derecho de la «A» debe ser grueso siempre, a menos que estemos hablando de tipografías monolineares o contraste invertido. Otros contrastes a los que hay que prestar atención son el de la «U» y la «V» donde el lado derecho siempre es más fino para fuentes con contraste. Arriba podemos ver una comparación de dos fuentes con contraste generoso. La primera tiene algunos trazos que son incongruentes con el resto de la tipografía.
3. Falta de Diferenciación de Signos
“Hay algo raro en esta «d» pero no logro entender qué es exactamente” —algo que sueles escuchar en un salón de estudiantes de tipografía. Ocurre muchas veces que una tipografía puede tener falta de diferenciación de signos. Es decir, el diseño se hizo reciclando formas de letras sin hacer los ajustes necesarios. Quiero decir, cada letra tiene sus propias formas y aunque sí hay un lenguaje compartido entre todos los signos, es necesario hacer que cada una de sus formas responda a la manera en que las escribimos. En la siguiente imagen podemos ver algunas letras que pareciera que con tan solo reflejarlas podemos obtener otras letras, y lo mucho mejor que lucen cuando se hacen los ajustes pertinentes. Los usuales sospechosos son la «u» y la «n» o la «d» y la «b». Diseñar estos caracteres bien diferenciados aporta a la legibilidad y reconocimiento de signos. Quizás requiera un ojo más entrenado para detectar a simple vista estas características, pero te aseguro que después de ver la siguiente imagen estarás más pendiente al momento de seleccionar una tipografía para ámbitos donde la legibilidad es un factor importante.
Al final del día, peor que una tipografía mala es el mal uso de una buena tipografía. Incluso aquellas fuentes imperfectas tienen su lugar en el mundo del diseño gráfico cuando queremos comunicar irreverencia, y cuando la comunicación exige romper todas las reglas, incluyendo en la tipografía seleccionada.
La Trillada
En este grupo están todas aquellas tipografías que por su alto nivel de accesibilidad, comienzan a verse sobre utilizadas. Una y otra vez nuestra mirada tropieza con ellas en redes sociales, guías de marca, websites, empaques, logos… Y, por supuesto, todos queremos y necesitamos tipografías accesibles, de esas que no tenemos que pagar por ellas para utilizarlas. No obstante, y tal vez esta es mi opinión: un proyecto con necesidades particulares se beneficiaría grandemente de que su diseñadora vaya más allá del cajón genérico de tipografías disponibles en su ordenador. Incluso, hoy día, más allá de nuestra computadora, estos cajones genéricos de tipografía se encuentran en más herramientas digitales. Con la llegada de la democratización del diseño, plataformas como Google Suit, Canva, Figma, Wix, entre otras, llegan con un banco de fuentes tipográficas pre seleccionadas.
Entre ellas encontraremos las clásicas: Futura, Helvética, Trade Gothic, Trajan, Caslon, Baskerville, Times, Bodoni… —fuentes originales que asentaron los fundamentos de tipografía dando paso a otros diseños derivativos. Todas ellas tremendas tipografías. Incluso, algunos puristas del diseño sugieren que únicamente se utilicen estas tipografías clásicas. Pero hacer esto es ignorar y pasar por alto la industria de las fundidoras y diseñadores de tipografía que hoy por hoy trabajan para traernos nuevas y mejores fuentes tipográficas. Y, aunque podamos argumentar que las fuentes clásicas no pasan de moda, cuando tantas marcas utilizan las mismas fuentes, todas terminan rayando en lo genérico.
Además de las clásicas, también encontramos fuentes contemporáneas como Nimbus, Pacífico, Misto, Lobster, Josefin, Quicksand, Montserrat, entre otras. Debido a lo accesibles que son, es de esperarse que se vean sobre utilizadas rápidamente. No digo que utilizarlas es una mala desición, yo mismo me encuentro usando las fuentes que me gustan para texto en repetidas ocasiones. Pero para proyectos especiales, como un cartel, un logotipo, o los titulares de un website, opto por apoyar a las fundidoras y tipógrafos independientes. Por aquí te comparto mis fundidoras favoritas:
Para Display:
Pedroglifos (¡No puede faltar mi propio foundry! 😅)
Para Texto:
Y por último…
La Buena
Mejor que preguntar si una tipografía es buena o no, es preguntarnos «¿buena para qué?». Reitero: toda tipografía es buena mientras se utilice en el contexto apropiado. Después de que funcione como esperado, y sobre todo, que el diseñador haga un buen uso de ella, todo estará en orden. No hay una fórmula para escoger tipografías, y el que proponga lo contrario pudiese tener una agenda escondida. El arte de la selección de tipografía es precisamente un arte: completamente subjetivo. De lo que sí podemos hablar son las consideraciones que se pueden tomar en cuenta cuando estamos buscando una tipografía para nuestro proyecto: ¿Tiene el soporte de lenguaje que necesito? ¿Evoca o refleja los valores de mi proyecto? ¿Es culturalmente relevante para la audiencia? Al final del día se trata del contexto que rodeará la fuente tipográfica. Ciertamente, estudiar más a dondo el campo de la tipografía y conocer las sensibilidades de nuestra audiencia ayudará en el proceso. Pero no hay que ser experto para sentir, y de eso se trata la tipografía: de sentir la comunicación a través de signos.
Meet the Author |Pedro Medina Leandry | Type Designer
Pedro Medina es un diseñador de tipos y animador puertorriqueño autodidacta, centrado en la tipografía expresiva multilingüe para diseño de identidades. Lanzó su estudio de tipografía, Pedroglifos, en el 2020, fusionando su trasfondo artístico y mentalidad estratégica. Entre sus fuentes más populares se encuentran Sato, Deliria y Zorzal.