Más Allá de las Redes Sociales | Networking para Creativos 

Group of people Networking at Event

A mis 13 descubrí que me gustaba la poesía. A los 17, estaba obsesionada con los libros. En algún punto, pensé ser escritora, pero terminé siendo diseñadora. Lo que sí es que, las palabras me siguen emocionando y más si vienen de un buen diálogo. Así que, acompáñenme en este desahogo y deseo reprimido, para contarte lo que sí y no me funciona de ese hustle de hacer networking siendo creativa.

Porque déjame decirte, una de las cosas que siempre me ha dado risa es que he escuchado a mucha gente decir que odian el networking. Claro, yo entiendo que hablar con extraños en un evento al que te arrastraron o pagaste porque te sentiste comprometido a asistir, no es lo más sexy del mundo. Lo sé. Pero dime si no te ha pasado que terminas haciendo conexiones valiosas o hasta encontrando clientes en los lugares más random o momentos más inesperados. Maybe no a todos les pasa, o maybe estoy asumiendo que solo me pasa a mí (aunque honestamente además de que no es bueno asumir, no creo tener tanta suerte en la vida, come on).

A través de este escrito, no te daré una fórmula para que empieces a amar el networking porque además de que no la tengo, este resultado dependerá de ti. Sin embargo, sí tengo una pregunta que me hago cada vez que voy a un evento (o incluso cuando voy a comer) y quiero que tú también te la empieces a hacer: ¿Estoy yendo con los ojos y mente abierta o me voy en automático?

 

Oportunidades aquí y allá, oportunidades para todos

Soooo, el principal problema de muchos creativos es que van sin tener la mente ready para la cacería. Pero es una “mentalidad” que tienes que empezar a desarrollar. Siempre hay proyectos corriendo, y cada proyecto tiene una necesidad. Si tienes en mente estas necesidades cuando vas a un evento, verás que todo lo que te digan va a hacer click como una oportunidad.

El mejor ejemplo que puedo darte fue el que viví hoy mismo: fui a comer a un lugar y veo una tienda donde venden materiales para manualidades. Justo tengo un cliente que está buscando oportunidades para colaborar y brindar talleres, y dije: Wait! Déjame entrar a ver quién es la persona que corre los talleres, maybe podemos hacer un collab.Yo no llegué a este lugar porque fui a comprar filtros para hacer un collage, fui a comer, y de casualidad vi el letrero. Como tengo en la mente “talleres”, ese fue el indicador para poder identificar la oportunidad. ¿Ya ves cómo va la cosa?

¿Cómo identificar indicadores de oportunidad?

1 | La lista.

Lo sé, está heavy, otra lista más… con la del supermercado o el to do diario infinito te basta. Ahora bien, si ya tienes mangao qué cosas hacen falta en tus proyectos o qué quieres lograr con cada uno, es exactamente eso lo que necesitas. ¿Y qué mejor manera de recordarlo o tenerlo rápido a la mano que con una listita? En verdad lo puedes apuntar como quieras, siempre y cuando lo tengas accesible, visible y de fácil acceso.

Aquí algunos tips para que no se quede en “lista por hacer”:

Divídela por categorías claras
Mi recomendación es que dividas tu lista por necesidades reales, no por tareas. Por ejemplo: clientes que quieres conseguir, servicios que necesitas (como impresión, consultoría, producción), espacios o personas con quienes te gustaría colaborar (talleres, ferias, tiendas), o aliados que podrían llevar tu proyecto más lejos. Así cuando hables con alguien, sabrás rápido si encaja con alguna de estas necesidades.

Especifica
En vez de escribir “conseguir clientes”, escribe exactamente el tipo de cliente que buscas. Cuanto más claro, más fácil se te hará conectar los dots cuando llegue el momento.

Actualízala después de cada proyecto o idea nueva
Cada vez que termines algo o cubre alguna necesidad, pregúntate: ¿qué me faltó? ¿qué podría haber sido más fácil si ya lo tuviera resuelto? Esa info será oro para tu próxima conexión.

Úsala como checklist mental cuando hables con alguien
No se trata de forzar una venta, sino de tener el radar encendido. A veces una conversación random te da justo lo que necesitas… si sabes que lo estabas buscando y esta lista activará esa alerta.


2 | No vienen en bandeja de plata

Las oportunidades no te las anuncian, tienes que tener tu indicador para que la alarma suene en tu cerebro. Actually, muchas de ellas vienen de las maneras más extrañas, créeme. So debes estar alerta a las señales una vez te des cuenta que eso que esta pasando es parte de tu listita. No esperes a que alguien te diga “quiero trabajar contigo”. Las probabilidades que eso pasen son bajitas versus darte cuenta que existe una oportunidad que coincide con tu listita. 


3 | La competencia es el enemigo del networking

De seguro has escuchado el refrán “Mantén a tus amigos cerca, y a tus enemigos más cerca aún”. Es una frase de la película El Padrino, Parte II (1974). ¿Suena horrible? Sí. Y aunque El Padrino la dijo pensando estratégicamente en otras razones, yo te digo que lo pienses desde la siguiente perspectiva: hacerle la guerra a tu competencia no te permitirá comer tranquilo del mismo pastel.

He conocido infinidad de personas que hacen lo mismo que yo, y lo que más amo es colaborar y hacer “tribu” (otra palabra muy de moda, tengo que bajarle al trending lingüístico). Si juntamos ambas audiencias, logramos más alcance juntos que compitiendo por el mismo público.

Cuando estoy en eventos, salidas o encuentros con colegas, no veo a los que hacen lo mismo que yo como competencia. Los veo como aliados, colegas con los que puedo referir proyectos, crear cosas juntos, hasta desahogarme de lo que pasa en el mercado. Donde comen 1, comen 5. No te cojas tan a pecho lo de “líder del mercado”, y mucho menos para el networking.


4 | Networking no es vender, es conectar.

Uno de los errores más comunes que cometemos (me incluyo, me paso) al hacer networking es entrar en “modo venta” automático. Estamos tan enfocados en cerrar, impresionar o pitchar que se nos olvida algo clave: a la gente no le gusta que le vendan, pero sí le gusta conectar. Y conectar no empieza con una oferta; actually, comienza con la curiosidad: ¿qué quieres que sepan de ti y qué quieres saber de otros? Empieza con una conversación real.

Cuando bajamos la presión de “tengo que vender” (aunque vamos, no es que lo olvides del todo, por eso hablamos de la listita) y subimos el volumen de “quiero conocer”, todo cambia. Las conversaciones fluyen mejor, no se sienten forzadas ni incómodas, y muchas veces lo que parecía una charla casual termina siendo la puerta a una colaboración, un cliente o una gran idea.

 

Una de las cosas que suelo hacer es identificar qué me gusta, qué está pasando y qué nos une.

¿Qué te gusta?
¿Esta persona que tengo de frente tiene algo que me gusta? Los elogios son chulos. No sé quién fue el idiota que dijo que decir algo bonito hacia otra persona es lamber el ojo. ¿Cuándo fue la última vez que te dijeron algo bonito? Seamos los primeros en movilizar un cambio de conducta: si realmente hay algo que te agrada de esta persona, dilo. Abres las puertas a una conversación amena y das paso a comenzar una conversación.

¿Qué está pasando?
Eso ayuda si no tienes nada en la mente de qué hablar o cómo entrar a decir hola por primera vez. Puedes acercarte y decir: “Diache, la música está buena, ¿no?” Así se comienzan las conversaciones.

¿Qué nos une?
Busca puntos en común; eso te ayudará a expandir la conversación y que sea más fácil dialogar en temas que te sientas cómodo o cómoda.

Así que, la próxima vez que vayas a un evento, chillea más y olvídate del guión. Escucha, haz miles de preguntas, interésate genuinamente. La conexión es la que abre la puerta. La venta, si se da, es consecuencia.

 

¿Dónde es el spot?

Ya hablamos de la mentalidad en términos generales, pero ahora quiero hablarte de los métodos. Sí, vamos a meterle a la parte práctica. El networking puede pasar en cualquier momento del día y en cualquier lugar, pero hay estrategias conscientes que puedes comenzar a poner en práctica.

 

Tener todos los ingredientes listos pa’l fogón

¿Tienes tu LinkedIn al día? ¿Tu business card? ¿Tu página web? ¿Tus servicios disponibles de manera rápida? He estado en situaciones en donde presento personas para que se conecten y siempre una de las partes no está lista.

"Disculpa, no tengo tarjeta de presentación aquí, pero si quieres, anota mi número."

Te puede pasar, uno no es perfecto, pero créeme, hay un gran chance de que esa interacción no tenga seguimiento. Si no tienes una, debes tener la otra.

Tienes que tener todos los métodos según tu público. ¿Cómo así? Por un tiempo me encontré en la situación de que iba a actividades más profesionales y, dependiendo de la audiencia, unos eran más de tarjetas y otros más de LinkedIn. Sin importar el método, ambos estaban disponibles. No te quedes sentao esperando a que te saquen a bailar

Recuerdo en algún momento de mi adolescencia a mi papá decirme que si nadie me sacaba a bailar, bailara yo; lo importante es gozarse la fiesta (me encanta bailar, pero creo que la sincronía no es lo mío. Lo aprendí con el tiempo con mi esposa).

Todo esto para decirte que puedes ser tú quien inicie el primer paso con un cold message. No son mensajes que tienen frío, es una estrategia que te permite iniciar un diálogo sin haber tenido un acercamiento previo con la persona.



¿Cuál es el formato?

  • Ten una introducción de quién eres y por qué esta persona debe escucharte. Menciona cosas importantes o atractivas de ti que establezcan autoridad en el mensaje, pero sé breve. Nadie quiere leer una biografía para empezar.

  • Define qué tienen en común y por qué hiciste ese acercamiento. Estudia a la persona, revisa cómo son sus comunicaciones previas a través de otras redes sociales (suena stalker, peroooo). Es importante saber cómo hablarle a esta persona. Sé claro en por qué le escribes y qué esperas de esta comunicación.

  • Define claramente un call to action: no dejes ese mensaje con un gracias, quedo atento. Si lo que buscas es una reunión, da opciones de días. Si quieres una respuesta sobre algo, sé firme en cuándo necesitas la comunicación de vuelta. La flexibilidad es buena, pero dejar las cosas muy abiertas puede ser contraproducente y hasta dar la impresión de que no tienes claro lo que quieres.



Sé insistente y consistente

Si algo he aprendido con los años es que, donde no pasa nada, hay otra esquina para volver a empezar. Hacer networking no es fácil y, a veces, toma más que tiempo: energía emocional que uno no siempre tiene disponible.

No obstante, para que esto funcione, al igual que todo en la vida, hay que ser consistente y, en este caso, insistente. Si escribiste 10 emails y nadie te contestó, escribe 20 más a personas diferentes y manda 10 más dando follow-up. Yo soy de las que cree que nada es por suerte, sino por mucho trabajo y consistencia. Al menos esa es mi receta. Déjame saber si te funciona. 150+ episodios no se han hecho solo por referencias, en Command Z se envían mucho emails y mensajes. ;)

 

Para cerrar, te voy a dejar con par de herramientas que me han salvado la vida:

Hunter: ¿Tienes el nombre de la persona pero no el email? Tranquilo, con Hunter puedes encontrar correos electrónicos asociados a la página web de las empresas o compañías. 

FinalScout: Te ayuda a encontrar emails de perfiles específicos en LinkedIn sin tanto revolú, para que puedas hacer tu reach out sin perder el tiempo.

 

Atrévete a bailar

A veces, el networking da vagancia, a veces da ansiedad, y a veces simplemente no tenemos el mood. Pero si algo he aprendido a través del mismo es que las conexiones no se construyen solas y mucho menos si esperamos que el momento perfecto llegue por arte de magia.

Y no, no tienes que tener todas las respuestas, ni ser la persona más extrovertida, o sentirte como la sensación del bloque. Solo necesitas intención, claridad y ganas de empezar una conversación real.

Al final del día, las oportunidades no siempre se ven como “una oportunidad”. A veces se disfrazan de comentarios random, de coincidencias o de esa persona que te cayó brutal sin saber muy bien por qué. Y recuerda, si no te contestan hoy, pues tú sigue bailando. Que el party de construir conexiones para lograr lo que quieres apenas empieza.

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Fuentes Tipográficas: La Buena, La Mala, y la Trillada